jueves, 7 de abril de 2016

BLANCO Y NEGRO



Habíamos decidido asaltar una librería, empezaríamos por los clásicos, luego vendrían los demás. Ella era guapa y salvaje, tenía devoción por Bukowski y los Stones, encendió un cigarrillo, me besó, el aliento a Marlboro se infiltró hasta mis pulmones, tuve una erección, de la manga se sacó una Biblia, me metió la lengua, su mano escarbó en mi bragueta, en los pliegues de mis calzoncillos apareció El banquete, de Platón, y unas gotas de esperma. Lo demás es cuento.