miércoles, 18 de diciembre de 2013

CUENTO DE NAVIDAD



Scrooge había nacido la Nochebuena de 1978, mientras su madre, Virginia, gritaba y empujaba con violencia, en una sala contigua, James, su padre, paseaba nervioso con un libro de Dickens en la mano, en la calle la niebla era espesa y los tranvías viajaban como gusanos cansados, era un domingo plomizo de cafeterías abarrotadas, de villancicos absurdos y machacones, de Papas Nöel llenos de mugre y de Reyes Magos de saldo. Habían llegado a España unos meses antes y eran felices y jóvenes. Han pasado treinta y cinco años de aquella noche, Scrooge es huérfano, y con sus canas, sus recuerdos y su soledad a cuestas se tomará un whisky , leerá a Dickens y esperará la llegada de aquel espíritu, después irá al cementerio municipal, pondrá una rosa en las lápidas de James y Virginia, y entonará en voz alta lo que cada Navidad le decía su padre con esa falsa seriedad que tanto le hacía reír: “Marley estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda al respecto”. Cuando lleguéis a este punto de la historia,  Scrooge ya será Marley.


viernes, 6 de diciembre de 2013

ALGUIEN RONDA



Poco a poco me fui acercando, como un furtivo, estiré el brazo, sostuve su mirada, había algo de desafío allí, le pedí razones, el dolor es así, incluso disfrute con los insultos, fue un error, un problema mío, un secreto que no debía saberse, no le guardo rencor, aunque se burlara de mis caricias torpes y se riera de mí en los bares mientras iba del brazo del tipo aquel, no formulo la hipótesis del amor, eso es absurdo. En un momento observé que del otro lado del mármol algo se movía, se debía estar enfadando pensé, como siempre en los últimos tiempos, empecé a hacer algo así como rezar, me tropecé, me caí al suelo, me clavé la espina de un matojo, me reí a carcajadas, me levanté y huí desesperado, entonces me volvieron los momentos felices y la recordé estornudando con rebabas de semen en la boca, ese era mi hogar, habíamos disfrutado, lo demás no importaba ya.